Villa Cavrois en Croix es una gran mansión construida en
1932 , por Paul Cavrois, un industrial de Roubaix - que estaba trabajando en la
industria textil - por el arquitecto parisino Robert Mallet-Stevens.
Un concepto moderno
Villa Cavrois es un testimonio de un estilo de vida, ya que
fue concebido a finales de 1920 por los arquitectos modernos contemporáneos con
Le Corbusier . Luminosidad, higiene y comodidad son las palabras clave que
subyacen a dichos edificios. Villa Cavrois ilustra este concepto con sencillez
y elegancia. La gran mansión moderna fue organizado para ofrecer el mejor
estilo de vida posible a los nueve miembros de la familia y para facilitar el
trabajo diario del personal de la casa. Su estilo era una ruptura total de la
de otras casas vecinas de la misma época en los suburbios de Croix. Directrices
claras rigen el diseño del edificio, que fue encargado en 1929: "el aire,
la luz, el trabajo, el deporte, la higiene, la comodidad y la eficiencia".
Trabajo Mallet-Stevens 'no se limita a la organización de
los volúmenes del edificio para satisfacer mejor las necesidades de su cliente;
que también diseña la decoración interior y los jardines que rodean el vomma.
El mapa de la villa se estudia para facilitar los movimientos y organizar de
manera lógica el día a día en el edificio. En todo el hall de entrada marge que
acoge a los visitantes, el dominio de los padres está desarrollando en el ala
este, mientras que el ala oeste está dedicada a los niños y al personal de la
casa. También alberga las habitaciones, donde la familia se reúne, como la mano
de comedor y los niños Dining Hall, vinculadas al parque por una escalera
exterior.
La elección de los materiales y el mobiliario en el interior
se hace eco de la jerarquía de los espacios: todo está concebido y adaptado
para su uso en lugares. La simplicidad y la funcionalidad de los muebles
prevalecen en todas las partes. El lujo de esta casa no se propaga en el
revestimiento de madera o el dorado, que se desarrolla en la riqueza de los
materiales utilizados, como el mármol y la madera.
La Villa Cavrois siempre especial a sus ocupantes un gran
número de comodidades especialmente raros, por el momento, como la distribución
de agua caliente, fría y suavizado. Electricidad ocupa un lugar especial en
este edificio: cada habitación tiene un altavoz de radio y un reloj eléctrico.
El aparato para la limpieza de la máquina, el vacío o el poder son también más
fresco. El Cavrois también tienen a su calentador de albornoz disposición! El
teléfono, presente en todas partes, permite a las personas comunicarse entre sí
o con el mundo exterior. La iluminación también ha sido objeto de especial
cuidado, en colaboración con el ingeniero Salomón.
Una evolución difícil
A partir de 1940 el ejército alemán requisó la Villa. En
1947, a petición de Pablo Cavrois, el arquitecto Pierre Barbe hizo cambios para
adaptar el hogar de los nuevos estilos de vida de la familia que ahora
comprendía varias parejas.
Después de la muerte de Madame Cavrois en 1986, los muebles
se dispersó y la casa vendida a una empresa inmobiliaria que planeaba vender el
parque en parcelas. La villa fue abandonada y saqueada rápidamente, saqueada y
se puso en cuclillas.
En 1990, toda la ciudad y el parque están clasificados como
Monumento Histórico por decisión del Consejo de Estado .
Ese mismo año se produjo el nacimiento de una asociación para
proteger y preservar la casa. Desde su creación la asociación ha presionado a
las autoridades competentes sobre el destino de la villa.
El Estado (Ministerio de Cultura) compró el edificio en
2001 y en 2004, los trabajos de restauración se inició en el exterior (terrazas
cerradas y cubiertas, ventanas ...) y el reintegro de los volúmenes domésticos.
Mediante auto de 18 de diciembre de 2008, el Estado ha
confiado villa Cavrois al Centre des monuments nationaux (CMN), con la misión
de restaurarlo y abrirlo al público.
CMN está llevando a cabo la restauración de los espacios
interiores y decoraciones (pisos, revestimientos de paredes, Pinturas,
muebles), con el fin de recrear el arte de vivir en el siglo 20. CMN también ha
planeado una gran restauración del parque (la reimplantación de los árboles, la
restauración del espejo de agua y de callejones originales, la iluminación del
parque y la villa) y la creación de un aparcamiento.
La villa se abrió al público el 13 de junio de 2015, [1] con
un proyecto cultural con el objetivo de lo que es un punto de referencia
nacional e internacional para la arquitectura y el diseño moderno.
El importe global de las obras previstas por el CMN para la
apertura de chalet Cavrois se 23 millones de euros.
Introducción
Este manifiesto arquitectónico es una obra maestra del Movimiento Moderno. Obra del arquitecto Robert Mallet-Stevens, fue realizada para el industrial textil Paul Cavrois y su familia ente 1929-32, quienes la habitaron hasta 1987.
Sus formas geométricas poco convencionales y su revestimiento de ladrillo de color arena la convirtieron en una villa única y moderna, aunque impopular entre sus vecinos más conservadores.
Fue habitada por la familia hasta 1939 pues al avanzar el ejército alemán se vieron obligados a abandonar el Norte de Francia. La villa fue utilizada como cuartel por los ocupantes alemanes durante la Segunda Guerra Mundial.
La familia Cavrois regresó en 1947. A petición de Pablo Cavrois, el arquitecto Pierre Barbe reformó la casa durante la década de 1950 con el fin de alojar a la familia de sus dos hijos Paul y Francis. Paul Cavrois murió en 1965 seguido por su esposa en 1985. El mobiliario fue vendido rápidamente y la villa comprada por una empresa inmobiliaria que planeaba demolerla y parcelar su gran jardín para construir bloques que finalmente no se realizaron. Durante años el lugar permaneció abandonado y deteriorado
Durante casi tres décadas, uno de los mejores ejemplos franceses de la arquitectura residencial modernista estuvo abandonado y en peligro de demolición. Tras un acto de rescate de 23 millones de euros, Villa Cavrois reabre sus puertas. Declarado monumento histórico en 1990 gracias a la movilización ciudadana, fue adquirido por el Estado en 2001. En 2003 fue sometido a una gran restauración a cargo de la DRAC Nord-Pas-de-Calais y retomado, entre 2008-15, por el Centro de Monumentos Nacionales, bajo la dirección del arquitecto Michel Goutal.
Ubicación
La villa está situada en Croix, 60 rue John Fitzgeral Kennedy, cantón de Roubaix Oeste, en el norte de Francia, Lille, en la región de Norte -Paso de Calais, cerca del parque Barbieux, en la llanura de Beaumont.
Concepto
Según Paul-Hervé Parsy, administrador de la propiedad, “…la villa está influenciada por la modernidad del Adolf Loos y Josef Hoffman…“, aunque la organización espacial también se basa en la concepción del siglo XVIII. Esta contradicción entre modernidad y clasicismo hacen de este castillo único y moderno un excepcional ejemplo de “obra maestra”.
Las formas geométricas del edificio y los revestimientos de ladrillo de color arena dieron como resultado un carácter moderno intransigente que era impopular en ese momento entre sus vecinos conservadores. Las habitaciones fueron arregladas según su función y equipadas con las últimas tecnologías, incluyendo teléfonos, relojes eléctricos, calefacción central y ascensores, lo que la convierte en el epítome de la vida moderna de lujo.
En un principio Paul Cavrois había encargado a un arquitecto local, Jacques Greber, la construcción de su casa siguiendo el estilo de la región. Pero en 1925 conoció las propuestas Cubista que Robert Mallet-Stevens, amigo de Le Corbusier, Pierre Chareau y otros enamorados del Estilo Internacional y del movimiento holandés De Stijl, que presentó en la Exposición de Arte Decorativo de París y en 1929 decidió encargarle a él el proyecto. Previamente Cavrois viajó con Mallet-Stevens a Bruselas donde descubrió el Palacio Stoclet diseñado por Joseph Hoffman y a Hilversum en Holanda para examinar el Ayuntamiento, diseñado por Wilem Marinus Dudok, sirviendo este viaje como importante fuente de inspiración para la futura villa.
Diseño arquitectónico
El diseño de la villa fue pensado como reflejo de la visión que Paul Cavrois tenía de cómo se organizaría la vida familiar, cómo se podría caracterizar a las personas que vivían en ella, cómo se moverían alrededor del edificio y cómo todo ello podría reflejarse en una decoración para su vida cotidiana. Cavrois quería una clara distinción entre las áreas separadas de la casa, especialmente entre las zonas de los padres y la de los niños.
Organizado en torno al gran vestíbulo de entrada el ala este está el dominio de los padres, el ala oeste de los niños y el personal de la casa. También da acceso a las salas principales donde se reúne toda la familia, el salón, el comedor principal y un comedor más pequeño para los hijos, relacionado con el jardín por una escalera exterior. La elección de los materiales y el mobiliario se hizo eco de esta jerarquía de espacio. La simplicidad y la funcionalidad prevalecieron en los muebles de toda la casa, con el lujo que sólo se expresa en la riqueza de los materiales utilizados. Dentro del movimiento moderno, es un singular ejemplo de la relación entre la arquitectura y la decoración.
La modernidad de Villa Cavrois se expresó a través de la simplicidad de volúmenes, el amarillo azafrán del revestimiento de ladrillo, el metal fino de los marcos de las aberturas, las masas arquitectónicas organizadas para articular los planos verticales y horizontales, el juego de terrazas escalonadas y la presencia de ventanas en la esquina.
Espacios
Al diseñar la villa, Mallet-Stevens no se limitó a la disposición de los volúmenes arquitectónicos, también diseñó todo el mobiliario interior hasta el más pequeño mueble. En esto, llevó al límite el concepto de “obra completa” que defendió en la Unión de los Artistas Modernos. Esta obra completa también debe mucho a su experiencia como diseñador para el cine.
En los espacios ceremoniales, Mallet-Stevens opta por materiales de lujo, implementados con cuidado, refinamiento y simplicidad, mármol y maderas nobles, aunque sin ostentación. En las áreas de servicio, tales como cocinar, el lavadero y los baños Mallet-Stevens hace hincapié en la higiene y funcionalidad, dotándolas también con amplias ventanas, algo nuevo en esos momentos.
Interiores
Los interiores de la Villa Cavrois tienen similitudes con los que diseñó unos años antes para las películas de Marcel L’Herbier. Según el arquitecto, la decoración del hogar y un entorno de vida, debe reflejar la psicología de quienes la habitan, en este caso una familia burguesa.
Villa Cavrois es una forma horizontal que se corta en el centro tanto con un pivote vertical semi cilíndrico, como con su triple ventanal, y como sistema subyacente el diseño de varios espacios. Sus proporciones son imponentes y dispuestas según los principios de los castillos del siglo XVII, simétricamente a lo largo de ejes. La Construcción tiene aproximadamente 60m de largo y 3,800m² de suelos, 1,800m² para espacios de vivienda y 830m² de terrazas.
La estética de la villa diseñada por Mallet-Stevens es moderna, sin embargo, su plano pertenece a la tradición del castillo francés. La distribución entre las dos alas simétricas ubica las estancias de los padres por un lado y las de los niños y domésticas por otro. El comedor de los padres comunica con el hall-salón por una puerta corredera y disfruta de un gran ventanal con vistas al parque.
Las salas de recepción en el corazón del edificio principal, se extienden por los caminos del parque y el espejo de agua. La villa y sus terrenos están firmemente arraigados en una organización espacial muy controlada, que resulta de un importante trabajo sobre las proporciones, y que dio lugar a la definición de una “trama reguladora”.
Si bien todas las habitaciones de la villa se benefician de tecnologías avanzadas, teléfonos inalámbricos, ascensor o calefacción central, esta modernidad culmina en la cocina, que tiene un refrigerador, una cocina de gas, un “dumbwaiter” eléctrico (montaplatos) y tres entradas de agua: una para agua fría, una para el agua caliente y una tercera para el agua descalcificada. La desproporcionada campana extractora ilustra la importancia del equipamiento doméstico en una mansión moderna diseñada por Mallet-Stevens. El espacio está pensado para optimizar cada movimiento. El mobiliario diseñado por Mallet-Stevens cumple con este requisito. En la despensa, los armarios curvos siguen la forma de la pared.
Exterior
Fachada
La villa Cavrois tiene dos fachadas de dimensiones imponentes. La fachada norte, más austera, evoca la silueta de un barco. Al sur, la fachada que da al jardín funciona como una cortina de teatro, levantándose a lo largo de la terraza.
Los detalles tanto de la villa como de los jardines se desarrollan con un diseño meticulosamente controlado en cuanto a proporciones, con una definida “forma reguladora”. El tamaño de una placa externa de ladrillo color amarillo fue tomada como unidad de referencia para las dimensiones de la villa, anchura, altura y profundidad.
En los espacios ceremoniales, Mallet-Stevens opta por materiales de lujo, implementados con cuidado, refinamiento y simplicidad, mármol y maderas nobles, aunque sin ostentación.
En las áreas de servicio, tales como cocinar, el lavadero y los baños Mallet-Stevens hace hincapié en la higiene y funcionalidad, dotándolas también con amplias ventanas, algo nuevo en esos momentos.
Terrazas
Las escalonadas terrazas acentúan las fachadas y destacan las líneas horizontales de los volúmenes. Con sus barandas blancas evocan las cubiertas de un barco y crean miradores hacia el parque y sus alrededores. En la planta superior, la pérgola sirve más como elemento decorativo que para la protección solar. En los días soleados, su sombra proyectada sobre las paredes hace hincapié en los grandes volúmenes de la villa.
Belvedere
La torre central alberga la sala de fumadores, la Escalera de Honor y en la planta superior, un belvedere que ofrece una vista dominante de los alrededores. Este mirador con evocación medieval y una alusión a las torres de control del aeropuerto, es una señal en el paisaje plano. La silueta de la torre proporciona un contrapunto vertical a los volúmenes horizontales de la arquitectura. Este elemento se hace eco del belvedere de la Villa Poiret y de la torre del reloj en pabellón turístico que Mallet-Stevens diseñó para la exposición de 1925.
Parque
El parque que rodea la villa también fue diseñado por Mallet-Stevens. Heredero de los jardines formales del siglo XVII, el parque ofrece, con sus callejuelas y su espejo de agua, una extensión de las líneas y dimensiones de la villa.
Originalmente se extendía más de 5 hectáreas, pero a consecuencia de la subdivisión que se realizó en 1990 se ha reducido a un poco menos de la mitad. Con la restauración se ha recuperado el espacio central y el espejo de agua, verdadero punto de equilibrio del parque. Este estanque con 72m de largo es una extensión de la gran sala y la entrada circular al norte. Esta entrada circular fue diseñada para facilitar la circulación de los vehículos de motor cuando acudían a dejar a los huéspedes en la villa. Los visitantes salen del coche bajo el porche y el conductor continúa en la calzada circular para girar.
Piscina
La piscina con 27 metros de longitud, marca la modernidad de la propiedad. Responde a una preocupación por la higiene, la salud y el deporte que caracteriza el programa de la villa. La proximidad de la caldera, adyacente al estanque, mantiene el agua a una temperatura agradable.
Materiales
Ladrillo amarillo
En 1930, Mallet-Stevens y Paul Cavrois visitaron el Ayuntamiento de Hilversum, en los Países Bajos, cuyo revestimiento de ladrillo amarillo les resultó moderno para ese momento. Mallet-Stevens hizo 26 moldes diferentes, a partir de una muestra traída de este viaje, para obtener ladrillos que se adaptasen a todas las situaciones, esquinas y curvas. Mientras que los ladrillos eran todavía un material tradicional en la región, su puesta en práctica en la Villa Cavrois es audaz, el revestimiento asegura volúmenes uniformes y acentúa la apariencia espectacular del edificio. El revestimiento sigue un riguroso protocolo en el cual la línea horizontal son ahuecadas y pintadas de negro y el señalador vertical fue ejecutado de tal manera que pareciera invisible.
Las líneas horizontales son dominantes en la silueta de la villa: se destacan por las muchas terrazas y cómo se ha manejado el revestimiento de ladrillo. Este acercamiento radical del revestimiento da unidad al edificio como un todo.
Ventanas
En línea con el programa del cliente, que requería aire y luz, Mallet-Stevens realizó grandes aberturas en las fachadas con grandes ventanas. La modernidad de Mallet-Stevens se expresa por el tamaño de los ventanales, así como por la elección de ventanas de guillotina de inspiración norteamericana. La ventana de la esquina de la escalera de honor, al igual que las otras aberturas, ofrece una vista particular del parque.
Decoración
Mallet-Stevens prestó gran atención a la decoración y uso de materiales en los interiores. En cumplimiento con las teorías de la UAM (Union des Artistes Modernes), abogó por la simplicidad de la forma y la decoración, y el uso de técnicas y materiales industriales tales como el vidrio, el metal y el acero. El metal se encuentra en todas partes, por ejemplo en los accesorios de iluminación y pantallas del radiador. Como materiales nobles se usan varios tipos de madera y mármol provenientes de varios países, particularmente de Italia, Bélgica y Suecia. La forma exacta en que se utilizan varía de una habitación a otra. Muebles realizados con mármol verde procedente de Suecia y chapa de madera de peral barnizada en el comedor de los familiares, mientras que en la gran sala se utiliza el mármol de Sienna con muebles de nogal, y así sucesivamente.
La villa reunió las más avanzadas tecnologías convirtiéndose en un “choque estético” entre el trabajo de arquitectura residencial tradicional y la arquitectura modernista. El artista Richard Klein la describió como un “modernismo sintético” para el período.
Su estructura está realizada en hormigón armado, con amplias ventanas, iluminación indirecta, ventilación, teléfono inalámbrico en cada habitación, calefacción central y un ascensor desde el sótano. Los trabajos fueron realizados por especialistas cualificados y Mallet-Stevens supervisó la instalación de los electrodomésticos, en particular los de la cocina y lavadero que incorporaban la última tecnología.
La higiene era la principal preocupación de Mallet Stevens en el diseño de la cocina. El arquitecto optó por superficies blancas y fácilmente lavables. El piso de tablero blanco y negro es su discreta firma. Mallet-Stevens equipó la cocina con sillas que él diseñó en 1930 en colaboración con la compañía de Tubor que posee la patente. Compuestas por tubos metálicos, las sillas Tubor son simples y prácticas además se apilan fácilmente. Reproducibles en serie y accesibles al mayor número de personas, ilustran perfectamente los objetivos de la UAM para la unión del arte y la industria. Mallet-Stevens las usa repetidamente en sus diseños, con varias variantes. Las patas de metal cromado de las mesas de la cocina fueron producidas en los talleres de Jean Prouvé.
Iluminación
Para los aparatos de iluminación, Mallet-Stevens llamó a André Salomon, ingeniero de iluminación, con quien colaboró mientras trabajaba en el diseño de tiendas. Juntos, explotaron las posibilidades de iluminación indirecta incorporada, que era completamente innovadora en la arquitectura doméstica. Para el comedor, se diseñó un reflector en yeso decorativo, bajo el que se fijó un largo carril redondeado en aluminio pulido. Los volúmenes de la carcasa crean ritmo para que la propia luz se convierta en un material por derecho propio.